sábado, 3 de junio de 2017

Historia de un 3 de Junio

Relatos de un día épico.
Tal vez no recuerdo a todos lo que estaban presentes, solo tengo en mente un día de lluvia, en pleno invierno. El reloj no avanzaba, aunque lo miraba de reojo cada cierto tiempo; esperando la hora indicada para ir a mi casa, “EL SAUSA”. Fue un día eterno. Después de dos semanas de espera, tras dos suspensiones, interminables días y rogando que la lluvia no provocara una tercera cancelación, ¡Llegó la hora!  ¡Minutos de mil emociones!
Comenzó el primer tiempo. Dos tiros al palo, Everton dominando, pero sin lograr definir. La tensión era enorme, mirábamos al cielo, a la cancha, a la barra, a los desconocidos y mientras la llovizna mojaba nuestros rostros, esperando la remontada casi imposible o un milagro. Todo era  incertidumbre y parecía que el tiempo se detenía en las ocasiones de gol desperdiciadas. Los minutos finales de infarto, de no querer mirar, pero al mismo tiempo no poder apartar la vista. Miraba a la mitad de la cancha y ahí estaba el trofeo, lo había soñado toda la vida e imaginaba cuanto pesaría esa copa.
Llegó el minuto 47 y se vino el primer gol. "Súper Mirage" decía presente y abría una luz de esperanza. Segundo gol, ejecutado por Jaime Riveros a los 72, nos hizo creer que éramos capaces. Finalmente, minuto 76, tiro libre de la liebre y los 10.000 Evertonianos vimos como Ezequiel abrió sus alas, se impulsó, cabeceó, y en un júbilo de alegría y éxtasis, este ángel de apellido Miralles nos tomó a todos los presentes y nos elevó al cielo para abrazar la 4 estrella. Después de 32 años de aquella conquista que no pude vivir, ocurrió la hazaña. ¡¡¡¡ EVERTON CAMPEON!!!!! 


Aún sigo soñando con ese día. El día en que me pude fundir en un abrazo eterno con mis cercanos, mis piños y mis amigos, para celebrar en medio del llanto todo lo que hemos sufrido con la camiseta oro y cielo puesta. Porque es precisamente todo ese sufrimiento lo que nos ha hecho amar cada día más a este equipo. Un sentimiento que no podemos ni queremos controlar. Este sábado se cumplen 9 años de aquel mágico momento, de esa emoción que se hizo realidad y que incluso me emociona hasta gastar mi voz. Si me piden que relate aquel martes lluvioso de junio, que todavía celebro como niño ese triunfo y siempre mantengo la ilusión de vivir una nueva gesta, porque mientras haya mañana y espartanos, habrá esperanzas. Hoy miro hacia atrás y veo que el camino fue y seguirá siendo difícil, pero existe el esfuerzo y compromiso que tú, tú nunca estarás solo. Gracias por tanto mi querido EVERTON y perdón por tan poco.